Cáritas y el 1º de mayo
En el 1º de mayo salen muchas personas a la calle pidiendo: Justicia para los trabajadores, trabajo digno y para todos, igualdad y fin de las diferencias escandalosas, que pare la corrupción, queremos otra sociedad distinta… Parece que todas esas reivindicaciones no tienen que ver nada con la labor que está realizando la Institución de Cáritas y otras muchas instituciones de la sociedad y de la Iglesia.
Los cristianos nos alegramos mucho de que haya personas que luchen por la justicia en el trabajo y en cada uno de los ámbitos de la vida humana. Muchos de nosotros, unidos a las personas y grupos, participamos en esas luchas y reivindicaciones. Pensamos que es una pena que tengan que haber instituciones como Cáritas y otras muchas, que ofrezcan a las personas, lo que, en justicia debería ofrecerles la sociedad civil. Y sin que Cáritas quiera desatender ninguna necesidad, tiene muy claro que su labor debería ir por otro camino, para responder a las necesidades que la justicia y todas las medidas de la administración pública, no pueden cubrir.
Pero bajando a lo concreto de la actuación de Cáritas, vemos que el esfuerzo más grande que está realizando esta institución lo está centrando en la promoción del empleo, y empleo digno, y en la preparación de todas las personas que pasan por Cáritas, para que encuentren un puesto de trabajo y se integren en la sociedad como cualquier ciudadano.
Por encima de los intereses particulares que tenga cualquier grupo que se manifiesta el 1º de mayo, Cáritas coincide con las personas que se manifiestan en reivindicar la justicia y la dignidad para todos, y especialmente para los cuatro millones y medio de parados, para los afectados por la hipoteca, para los que sufren el incumplimiento de la ley de dependencia, para las mujeres maltratadas, los que no tienen hogar, para los inmigrantes y refugiados y otros colectivos marginados.
El Papa Francisco, el 9 de mayo de 2014, ante el Secretario General y altos ejecutivos de los organismos, fondos y programas de las Naciones Unidas y de las Organizaciones especializadas, reunidos en Roma para el encuentro semestral de coordinación estratégica de la Junta de los jefes ejecutivos del sistema de las Naciones Unidas, afirmó: “Los futuros Objetivos de Desarrollo Sostenible, por tanto, deben ser formulados y ejecutados con magnanimidad y valentía, de modo que efectivamente lleguen a incidir sobre las causas estructurales de la pobreza y del hambre, consigan mejoras sustanciales en materia de preservación del ambiente, garanticen un trabajo decente y útil para todos y den una protección adecuada a la familia, elemento esencial de cualquier desarrollo económico y social sostenibles. Se trata, en particular, de desafiar todas las formas de injusticia, oponiéndose a la «economía de la exclusión», a la «cultura del descarte» ya la «cultura de la muerte», que, por desgracia, podrían llegar a convertirse en una mentalidad pasivamente aceptada”.
Apoyados en las palabras del Papa Francisco, Cáritas y todos los cristianos, nos unimos a las personas y grupos que luchan por una sociedad en la que la persona y la vida digna para todos sea lo primero, muy por encima de los intereses y de la ideología de cualquier grupo.
Pepe Lozano, Consiliario de Cáritas Interparroquial de Elche